miércoles, 24 de marzo de 2010

Un continente que es un hermoso caleidoscopio



(Reporta Lu para el Equipo de Documentacion de JAS)

A las diez de la mañana fue el encuentro de participantes JAS10 en la carpa central del Campamento Artigas, Uruguay, escuchando de qué forma nos íbamos a organizar en el día y cuáles eran las actividades acordadas por el conjunto de activistas de latinoamérica para la jornada. Esta dinámica es cotidiana y pretende la inclusión y horizontalidad de la organización de la agenda.

Ahí una mujer indígena que escribía en su idioma Quechua sobre una gran bandera creada por jóvenes que llegaron de diversos rincones del continente. Ella fue una de quienes narraron en una entrevista personalizada su Historia de Vida en el marco del proyecto de Documentación del JAS 2010. Con la sabiduría de Kuyllur de Ecuador y una generosidad enorme compartió reflexiones sobre los motivos por los que estaba en el Campamento y cuál era su lucha, su compromiso al estar tan lejos de su tierra.

En la tarde comenzaron a funcionar tres propuestas en simultáneo: mientras un grupo se reunía para comenzar el Taller de Teatro cerca del río como mar, poniendo el cuerpo en movimiento, otro taller estaba funcionando al aire libre sobre la temática del Agua –en el día Mundial del Agua-, una actividad propuesta y desarrollada por el Movimiento Agua y Juventud . En la tarde otro de los talleres que nucleó a los y las activistas fue el Taller de Arte y Política; un debate sobre los alcances del arte como producción de productos concretos, y sobre todo como medio de expresión sensibilizador y cambio social.

En cuanto a la revisión de los sentidos de las prácticas de activismo, tuvo lugar en la tarde el Taller de Juegos de simulación que reunió a la mayoría de activistas. En este espacio la propuesta consistió en asumir una postura a favor o en contra del aborto de una joven menor de edad. La situación hipotética era que esa joven siendo violada se enteraba que su hijo podía nacer con capacidades diferentes y se enfrentaba ante el dilema de abortar o no. El grupo reaccionó asumiendo posturas bien dispares: desde políticos y gobernantes (Evo Morales y Tabaré Vázquez) hasta referentes del sistema judicial (una abogada, un ministro de Justicia). Luego se escucharon las voces de un comerciante, una feminista y hasta la propia madre de la joven dieron su postura con mucha creatividad y mucho humor. El objetivo era ponerse en el lugar del otro.

En paralelo a esta actividad una docena de activistas participó de un Grupo de Discusión sobre el contexto continental en el que se desarrollan las prácticas de voluntariado y activismo social en nuestros países. La actividad se desarrolló en la playa y fue sumamente grato poder presenciar de qué forma el diálogo y la diversidad de aportes de los y las activistas fue ganando durante toda la actividad junto a la naturaleza.

En la tardecita se tuvo también la oportunidad de conversar con Oscar, un joven comprometido con la lucha de los jóvenes que tienen que dejar su comunidad, su pueblo en la Sierra de Santa Marta (Colombia) para ir a la Universidad en la ciudad. Oscar rescató que el sólo hecho de compartir con jóvenes de diversos lugares del continente y que poseen tan diversas experiencias hace que estos eventos tengan sentido.

La jornada de mesas de discusión todavía debatía a las 11 p.m., mientras se seguían compartiendo las estrategias de activismo por un mundo más justo y más digno para los seres que amamos este hermoso caleidoscopio cultural que se da en llamar Latinoamérica.

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