viernes, 20 de mayo de 2011

Reflexiones al Sol (Lo que está sucediendo en España)


 En estos últimos años, y en particular en los últimos meses, he podido viajar a España varias veces y tengo un contacto más o menos fluido con varias organizaciones y personas que tienen un contacto cercano con jóvenes españoles y están “atentos” a lo que va pasando por allá.

Como todos sabemos, la “crisis” española que apareció con fuerza en el marco de la crisis que se desató en los países centrales, provocó, entre otras cosas, una desocupación creciente, baja de salarios, pérdida de viviendas y, sobre todo, de expectativas y de futuro.

Cuando hoy vemos que las plazas se llenan de personas, principalmente de jóvenes “bastante jóvenes” a reclamar cambios de sistema, quiero compartir con ustedes algunos elementos para que puedan tener más recursos para entender lo que está pasando.

Lo que era realmente sorprendente es que hubiera demasiado poca reacción ante lo que estaba sucediendo. La “clase política” había prácticamente abandonado la idea de un “Estado” que tratara de lograr que el pueblo español estuviera mejor. Muchos funcionarios del Partido Socialista, que es cuestionado fuertemente por haber abandonado las posturas de izquierda, al menos en lo que de políticas económicas se refiere, empezaron a ser vistos como meros gerentes de las empresas transnacionales o de los señalamientos del establishment económico internacional.

Hace apenas tres semanas me acerqué a la escuela en donde se realizaba el Foro Social de Madrid. Un salón mediano bien colmado con una platea de “edades mezcladas” escuchaba atentamente exposiciones sobre la crisis la realidad actual de América Latina, lo que sucedía en los países árabes y la situación de Islandia, que es seguida con muchísma atención (mucho más que nosotros) por considerarse emblemática.

Para mí, esa reunión fue un llamado de atención en muchos sentidos. “Algo distinto” comenzaba a suceder. Mis amigos europeos me habían hablado, además, de un librito pequeño que trataré de adjuntarles aquí: “Indignaos”. Se trataba de un librito-manifiesto, escrito por Stephen Hessel, un histórico francés de 93 años, uno de los redactores de la declaración universal de los derechos humanos, que se dirigía a los jóvenes y les preguntaba cómo podía ser que no reaccionaran frente a lo que estaba pasando...

El libro es, a mi manera de ver, extremadamente sencillo. Pero ha tenido un impacto increíble. De hecho, el movimiento de la “Acampada de Sol” se autollama “indignados”.

Todos esos jóvenes y no tan jóvenes que están allí sienten que las elecciones del domingo próximo serán prácticamente una trampa. No sienten que ninguno de las opciones que tienen por delante puedan mejorarles la vida y, lo que es peor, están seguros -y tienen razón- que irán para atrás. Ante esto surge el grito de los indignados. No quieren más esto. Y, al cuestionar este juego están reclamando el cambio del sistema. Y saben que no cambia el sistema en España, tiene que haber un cambio global.

En Argentina, muchos quieren ver en estas movilizaciones una remake del 2001 local. Y sí, lo es y no lo es. España no puede, por ejemplo, reprimir en la Plaza del Sol cuando tiene parte de su ejército en Libia castigando a un gobierno que reprime las protestas populares.

La desesperación de los argentinos del 2001 que clamábamos por alimentos unos y por depósitos otros no llegó a preguntarse sobre la necesidad de cambios en el sistema. Fue solo en el 2003, cuando Néstor Kirchner comenzó a mostrar que era posible -y urgente- que el mismo Estado resurgiese de las cenizas y liderara una postura de transformaciones impensables, comenzamos tímidamente primero y más masivamente ahora, a pretender cambios sistémicos de otro nivel.


En España el cuestionamiento parece que comienza en un punto un tanto diferente que en Buenos Aires 2001. No sabemos hasta dónde puede llegar. No sabemos si es un capítulo de baja densidad que en pocos días se desvanecerá luego de las elecciones municipales y autonómicas del domingo o continuará con otros formatos. No sabemos si será finalmente sólo un “llamado de atención” o el comienzo de algo nuevo. Lo que sí sabemos es que lo que yo llamo las “semillas” del Foro Social Mundial que ya han germinado en América Latina, están comenzando ahora a germinar en Europa. No sólo como reuniones, seminarios y asambleas sino como movimientos ciudadanos en las calles y en las plazas.

Estemos atentos. Lo que sucede en España, en los países del norte de Africa, en América Latina, tiene una conexión mucho más profunda que lo que parece externamente. Quizás forman parte un mismo “hormiguero” con distintas bocas...

Por Alberto Croce 
19 de mayo de 2011

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