martes, 22 de febrero de 2011

Apuntes desde París - Asamblea de la CME (1)


Comenzó la Asamblea General de la Campaña Mundial por la Educación. Aquí, en París.
Muchos me han preguntado qué era esta campaña, de qué se trata esta asamblea, para qué se hace y si sirve realmente para algo...

En una época de tantos encuentros, cumbres, asambleas, foros... todos con nombres “rimbombantes” que hacen que los que participemos parezcamos personas importantes, es muy justo hacerse estas preguntas.

Y todo esto en París. Fría, por momentos lluviosa, siempre misteriosa en otoño. Rondan los espíritus de “Los miserables”, las gárgolas de Notre Dame, y el indiferente hierro de la poco humilde “Tour Eiffel”, que mira desde menos de mil metros a nuestro hotel...

Mientras nosotros nos reunimos aquí, por centenas son asesinados en Libia reclamando participación y derechos. Casi una actualización increíble de la revolución francesa, cruzando el mediterráneo que también acaricia las costas de Francia al sur.

La Campaña Mundial por la Educación (CME) surgió hace unos 10 años, cuando en Dakar, otro foro mundial, establecía las metas de la Educación para Todos. Allí, representantes de los gobiernos de todo el mundo reconocían el lugar central de la educación para el desarrollo.

Las Organizaciones, Movimientos Sociales y Sindicatos Educativos de todo el mundo se dieron cuenta rápidamente que era necesario presión y monitoreo para que se avanzara realmente respecto de estos objetivos. Y crearon así la CME: una coalición muy grande -la primera de este tipo- que se ocuparía de hacer incidencia global para lograr la “Educación para Todos”.

De esta iniciativa fueron surgiendo coaliciones nacionales por el derecho a la educación. Y en Africa, Asia y América Latina, también coaliciones regionales. (La CLADE, en nuestra región).

Quizás, su presencia más visible ha sido la organización, año a año, de una “Semana Mundial por la Educación” que, poco a poco, fue movilizando a millones de personas en la defensa de esta causa.

También, poco a poco, la CME fue posicionándose más claramente en la perspectiva de la “Educación como Derecho”. Y, este discurso que fue extendiéndose en el mundo, fue uno de los que sin duda influyó para que las nuevas leyes de educación de América Latina miren a la educación desde este marco filosófico y político.

El año pasado, aprovechando el Campeonato Mundial de Fútbol, la CME lanzó la campaña: “Un Gol, Educación para todos” (que en inglés suena mejor...) y logró que su mensaje “pro-educación” estuviera en los estadios, en las transmisiones de los partidos, en un compromiso de importantes líderes mundial por la educación.

Hoy, la CME se propone, entre otras cosas, incidir sobre el G20 para lograr que la educación sea efectivamente considerada como una prioridad global y se destinen los recursos que son necesarios para que sea posible que todos los niños, niñas y jóvenes estén en la escuela y reciban una educación “de calidad”.

La Asamblea General, esta es la cuarta en la historia de la CME, reúne a los representantes de las coaliciones nacionales, a los de la Internacional de la Educación (la central mundial que reúne a los sindicatos de trabajadores de la educación), a las redes regionales, a las principales agencias de cooperación internacional, y a organizaciones internacionales de desarrollo.

En la misma se decidirán cuáles son las líneas prioritarias para los próximos años y también, el consejo directivo de la Campaña para el próximo período.

América Latina tiene dos sillas en este consejo y las redes y foros nacionales decidieron que una de ellas la ocupe Camilla Crosso, coordinadora de la CLADE, y la otra, mi persona, como integrante de la CADE, representando allí a los foros nacionales miembros de la CME. Será una importantísima responsabilidad que me honraré de asumir.

Durante este primer día de “conferencia preparatoria”, los presentes escuchamos (porque fueron todas ponencias sin ninguna participación ni debate por la eterna “falta de tiempo” u “organización del tiempo para no tenerlo”) distintas exposiciones sobre las temáticas que son hoy centrales en la CME: La necesidad de mayor financiamiento, la cuestión de la educación de las niñas y jóvenes, el problema de la calidad del aprendizaje, la cuestión de los trabajadores de la educación, el financiamiento público del derecho a la educación, la educación de la primera infancia.

La insistencia en la gravedad de los problemas de Africa puesta en casi todos los ponentes, no hizo más que hacerme sentir la continuidad de la perspectiva colonizadora que tienen los países del norte respecto de los del sur. Salvo voces aisladas, siguen sintiéndo lástima por nosotros -especialmente por los africanos- y no son capaces de mirar seriamente ni sus responsabilidades ni sus propios problemas...

Un emotivo discurso de Gordon Brown, ex primer ministro inglés, en el que compartió su indignación por que en el día de hoy no tengan escuela todos los niños y niñas del mundo y por la desigualdad de la inversión educativa entre el norte y el sur, nos llevó a algunos a pensar, cuando la emotividad volvía a su nivel “de crucero”, que hubiera sido quizás más útil que nos explicara por qué, cuando estuvo en el G8, no pudo hacer más para que las cosas cambien... quizás, porque esos organismos ya no puedan cambiar las cosas... quizás porque no quieran... quizás por ambas...

La educación sigue siendo un desafío universal. No nos convencen los llamados a cambiar porque el mundo se puede volver “ingobernable”. Se trata de derechos. Y, los derechos, deben garantizarse por sobre otros reclamos. La gobernanza global sigue en deuda con los pueblos del mundo. Hoy en el norte de Africa, miles de personas se lo están recordando a sus gobernantes. También allí, los nuevos mártires africanos del norte, dan su vida por que sus pueblos tengan mejor educación.

Desde París, quisiéramos mantener estos días el compromiso por la Libertad, por la Fraternidad, y, muy especialmente, por la Igualdad... que sigue tan pendiente como entonces...

Alberto Croce - Fundación SES - Argentina

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