Crónicas desde Río+20 (cuarta y última entrega)
Hoy salió el sol, justo cuando se terminó la conferencia. Es un día lindo, con algunas nubes pero, al menos, dejó de llover.
Mientras estuvieron los presidentes y delegados oficiales llovió todo el tiempo... ¿Querrá decir algo o fue solo un “fenómeno meteorológico”?
La verdad es que me es difícil escribirles contándoles lo último que ha sucedido por aquí con el corazón arrugado por el Paraguay. Desde hace dos días, el centro de mi atención estuvo más en Asunción que en Río. Sintiendo muy duramente la preanunciada destitución de Fernando Lugo y el desconocimiento artero de la voluntad popular del pueblo paraguayo.
Para las delegaciones latinoamericanas también fue un golpe duro y creo que sintieron que el eje de la convención se había corrido. Esto hubiera pasado si la conferencia se hubiera realizado en cualquier parte del planeta... pero encima, la conferencia era en Río de Janeiro. Entonces, estas cosas, tomaron también otro vuelo.
La conferencia terminó anoche. Los países firmaron la declaración, expresaron sus reservas y los delegados comenzaron a volver a sus casas. Es muy pronto para poder hacer los necesarios balances finales pero igual son necesarios aunque sean incompletos. Para muchos de los que aquí estuvieron, Río+20 comenzará a ser un recuerdo que será más o menos tenido en cuenta en sus acciones futuras.
Río+20 como acontecimiento tuvo, como ya les conté, dos escenarios: La cumbre oficial y la cúpula dos povos. A unos 30 km de distancia pero con una distancia mucho mayor en otros sentidos. Sin embargo, entre ambos escenarios hubo muchos puentes. Muchos de los delegados que participaban en la cumbre oficial, participaron activamente e incluso algunos organizaron la cumbre de los pueblos.
Entre los dos escenarios había mucha tensión porque, en la cumbre oficial, además de los delegados de gobiernos, había muchos representantes del sector privado operando con mucha intensidad.
Hubo varios temas que fueron como los “organizadores de la discusión”. El central fue el de “Economía verde”, “responsabilidades comunes pero diferenciadas”, “soberanía de los recursos naturales”, “agencia internacional de control ambiental”... fueron algunos de estos centros temáticos.
A mi entender, una cumbre que empezó siendo un espacio para discutir el ambiente se fue transformando en un espacio para discutir la gobernanza global. No es la primera vez que sucede que se ponga en discusión de gobernanza, de ver quiénes deciden y qué deciden en el mundo, pero sin duda, ha sido uno de los escenarios más relevantes para esta discusión.
Aquí, los países “del sur” siguieron la estrategia de unirse al G77+China, que, por momentos creo que debe ser llamado “China+G77”. Más allá del nombre, se trata de un conjunto de más de 130 países que actúan en conjunto en algunas circunstancias, por ejemplo, en esta.
La postura del bloque fue muy firme. Tenemos que recordar que Argentina tuvo la presidencia del grupo el año pasado y todos la reconocen como uno de los “actores fuertes” de este espacio. Son pocos los países que están en el G20 y en el G77...
De ahí que la posición de nuestro país fue firme en algunas cuestiones y sus posturas tuvieron eco real en el grupo. También jugaron un papel interesante Bolivia y Ecuador, con sus posturas en defensa de la perspectiva de la “Tierra” como sujeto de derechos y no como “capital natural”, que es la visión que la economía verde ponía sobre la mesa.
Uno de los grandes logros de esta cumbre, para los que estábamos en la cúpula dos povos, es el reconocimiento de que hay diferentes modelos de desarrollo y que los países eligen soberanamente cuál quieren para sí. Los efectos prácticos de estas afirmaciones están muy abiertos aún... Habrá que ver.
La delegación oficial argentina estaba contenta con los resultados. Sobre todo porque había ido con una postura respecto de la cuestión de gobernanza y esta es la que finalmente se firmó en el documento.
Muchas organizaciones de la Cúpula dos Povos sienten la cumbre como un fracaso. Sienten que, por unas u otras razones, las naciones ricas y las pobres encontrarán en esta cumbre “permisos para seguir contaminando” y saben que ya no queda mucho tiempo para reaccionar.
Objetivamente no han habido grandes avances respecto a las cuestiones ambientales más específicas. Todo ha quedado librado a las decisiones de los países. Pero, ¿es posible imaginar otro escenario global de control que no implique renunciar soberanía política en las naciones ricas? Estamos ante una encrucijada de difícil solución. Desde mi perspectiva, tenemos que fortalecer UNASUR y MERCOSUR como espacios para generar una nueva plataforma para el debate ambiental serio y las organizaciones sociales jugar allí un papel de incidencia fuerte. Algunas organizaciones ven esta posibilidad como demasiado difícil de concretar. Yo, honestamente no veo otra. Pero, concedo, cómo hablar del MERCOSUR el día después que el senado paraguayo manda a su casa a Fernando Lugo en una parodia de juicio político menos consistente que lo que se hace en una escuela para expulsar a un alumno.
La marcha de los pueblos, que fue la más grande de todas las que se hicieron durante la Cúpula, llenó el centro de Río de Janeiro pidiendo a la Conferencia tomar en serio la cuestión ambiental. En la Asamblea Final en donde se recogió un trabajo que fue haciéndose en distintos plenarios que se sucedieron en la Cúpula tuvo un buen resultado. La lectura del documento final es una buena síntesis de todas las propuestas que la Cúpula trabajó. Es posible encontrar allí, tanto consignas para la movilización como alternativas y vías de acción para los que queremos un mundo diferente al que se quiere en la Cumbre oficial. Como allí se afirma “las alternativas están en nuestros pueblos”.
He vivido una experiencia fuerte y movilizadora. Por un lado, por todas las implicancias ambientales y por todo lo que pude aprender en ese sentido. Por otro, en el intento de aportar al acercamiento y diálogo de muchas organizaciones sociales de Argentina a la delegación oficial de mi país, por otra, como presidente de Latindadd, en el esfuerzo de estar presente en todos los espacios institucionales que pude compartir con distintos compañeros y compañeras alrededor de distintas temáticas que son de interés para la red.
Me vuelvo a Buenos Aires con muchos interrogantes y sobre todo, con mis ojos puestos hoy en el Paraguay, que hoy me duele en el alma. “¿Dónde estás ahora, cuñataí?”
Alberto Croce (Fundación SES -Encuentro -Latindadd)
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