sábado, 16 de junio de 2012

Crònicas desde Río+20 (parte 1)


Estoy a minutos de volar a Río de Janeiro para participar de los eventos de Río+20, en particular, de los que se realizarán en el marco de la “Cúpula dos Povos” (Cumbre de los pueblos), que tendrán lugar de manera “paralela” a la Cumbre Oficial.


Desde hace meses más de 100 gobiernos, organismos internacionales de todo tipo, empresas y miles de organizaciones sociales de todo el mundo vienen preparando este gran evento. A 20 años de la otra cumbre de desarrollo sustentable en Río, se realiza esta. Consideraciones y emociones cruzadas se encuentran en Río+20.


Por una parte, la situación ambiental del planeta se ha complicado mucho. Especialistas en el cuidado de ambiente y la protección contra la contaminación advierten que estamos llegando a-o ya hemos sobrepasado- las fronteras que indican un grave peligro ecológico. Esto hace sentir que las decisiones asumidas en Río 92 no se tuvieron realmente en cuenta.


Otros piensan que sin Río 92, las cosas hubieran sido aún mucho peor y que la conciencia ambiental de la población global ha crecido mucho.


A la cumbre se llega con posturas fuertes y contradictorias. En un mundo en crisis financiera, en donde se está produciendo un fuerte corrimiento de los centros de poder y de toma de decisiones, en donde las hegemonías van variando de lugar y en donde las potencias tradicionales son sustituídas o confrontadas con nuevas potencias emergentes, no es extraño que posiciones que en otro momento podían ser impuestas hoy sean cuestionadas y hasta desconocidas por países que en otro momento no levantaban ninguna voz ni posición.


El ajedrez de Río+20 presenta algunas piezas claves en la discusión: qué sucederá con la “economía verde”, qué sucederá con las “responsabilidades diferenciadas”, qué se dirá de las empresas transnacionales, del extractivismo y, más globalmente, del modelo de desarrollo.


¿Seguiremos hablando de “Desarrollo Sustentable” o comenzaremos a hablar de “Justicia Social Ambiental”?


A momentos de subirme al avión de TAM que me llevará a Río me pregunto: ¿Estará ya todo dicho? ¿Hay algo que pueda sorprendernos que sucederá en Río o ya todo es muy previsible?


Es difícil de responder a esta cuestión. Por un lado, no tenemos muchas expectativas de lo que vaya a pasar. Las Organizaciones que han convocado y articulan la Cumbre de los Pueblos, entre las que participamos, afirman que no ven voluntad real de que haya compromisos importantes para revertir la situación actual respecto de las cuestiones ambientales. Mientras tanto, miles de organizaciones preparan debates, mesas de discusión, marchas, movilizaciones... a poco kilómetros de donde funcionará la Cumbre Oficial para mostrar una vez más que “otro mundo es posible”.


Como escuchaba ayer decir a una dirigente de una de las redes globales: “mientras el documento oficial habla del “mundo que queremos”, desde las organizaciones sociales hablamos de que otro mundo “ya es posible”. En estos términos viene la discusión.


En todo caso, como siempre intento hacer, buscaré con estas líneas ser mirada, oído, sentimientos... de los que esta vez no pudieron participar de Río+20 pero hubieran querido poder hacerlo. Trataré de llegar a ustedes con esas intenciones: hacerlos parte... porque son parte.

Y, si tienen ganas de que yo pueda hacer, decir preguntar, conocer... algo por ustedes, no duden en decírmelo.

Ya nos están diciendo que tenemos que embarcar.

Voy con ustedes... vengan conmigo a Río!

Alberto Croce (Fundación SES – Argentina)

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